Fruta y verdura a diario, pizza una vez al mes y agua: el Consejo de Ministros aprueba el Real Decreto que regula los menús escolares
El ministro Pablo Bustinduy explica que la norma va a garantizar cinco comidas saludables a la semana a niños y adolescentes. El texto prohíbe la venta de refrescos y bebidas energéticas en máquinas expendedoras y cafeterías de centros escolares y obliga a ofrecer menús especiales para quienes los requieran "por motivos éticos o religiosos", respondiendo a la demanda de familias veganas

Fruta y verdura a diario, pizza una vez al mes y agua: el Consejo de Ministros aprueba el Real Decreto que regula los menús escolares
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Madrid
Tras meses de trabajo con la implicación de cinco ministerios (Derechos Sociales, Educación, Agricultura, Sanidad y Juventud), el gobierno ha aprobado el Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles que establece unas directrices de obligado cumplimiento para los menús de centros escolares públicos, concertados y privados. Lo ha elaborado el ministerio de Pablo Bustinduy, Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, con el objetivo, ha dicho, de "garantizar cinco comidas saludables a la semana" a todos los menores independientemente de su renta. El Real Decreto desarrolla el artículo 40 de la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, aprobada en 2011.
Un menú para frenar los problemas de sobrepeso y obesidad infantil
La mitad de los niños y niñas de entre 6 y 9 años de familias con pocos ingresos (por debajo de 18.000 euros al año) tienen exceso de peso, según el informe Aladino en el que han participado más de 12.000 escolares y en el que el ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 se ha apoyado para justificar la necesidad de este real decreto. Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, en los últimos 20 años se han incrementado en un millón los usuarios habituales de los comedores escolares: en el curso 2022/2023 alcanzaron los 2.273.000 estudiantes. Así que el comedor escolar abre la posibilidad, en palabras del ministro Bustinduy, no sólo de garantizar a más de dos millones de menores unas comidas saludables a la semana sino también de ayudarles a adquirir hábitos nutricionales saludables.
El real decreto aprobado este martes reúne y termina de perfilar una serie de medidas que el ministerio había ido desgranando en los últimos meses y obliga a los centros educativos a "disponer de menús especiales para el alumnado que lo requiera, por motivos éticos o religiosos, como ya ocurre con el alumnado con alergias, intolerancias alimentarias u otras enfermedades", como publica El País y confirman a la SER fuentes del ministerio, lo que viene a responder a la demanda de las familias veganas. En definitiva, fija unos mínimos que deberán cumplir todos los menús escolares, aunque su aplicación depende ahora de las Comunidades Autónomas.
Fruta a diario, nada de refrescos y bollería restringida
Los comedores escolares van a tener que garantizar el consumo diario de fruta y verdura fresca, y la mitad de esos productos tendrán que ser de temporada, una forma, ha explicado Bustinduy, de reforzar la producción local en un momento complicado para los agricultores por el desafío arancelario de Trump. Además, y teniendo en cuenta las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición y de la OMS, entre uno y tres días a la semana el menú incluirá pescado y, al menos un día, arroz o pasta integral. El texto fija también unos máximos para las comidas poco saludables o calóricas, como los platos precocinados o las frituras. Es el caso de pizzas, empanadillas, croquetas, las frituras industriales, que sólo van a poder servir una vez al mes. En cuanto a los fritos caseros, o no precocinados, pueden incluirse una vez a la semana pero preparados con aceite de oliva o de girasol alto oleico.
Otra de las medidas más disruptivas que incluye el real decreto es la prohibición de los refrescos no sólo en los menús, en los comedores, sino en las máquinas expendedoras y las cafeterías de los centros escolares. También destierra del ámbito educativo las bebidas energéticas y restringe la bollería industrial que van a poder ofrecer en máquinas y cantinas: las que no superen las 200 kilocalorías por porción envasada, cuando sólo el 35% de esa aportación calórica proceda de la grasa y el 10% como máximo de azúcares añadidos o libres.

EP




